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Nativo del sur de Asia, el árbol de la Moringa se a expendido por el mundo gracias a su fama de ser una planta milagrosa. La medicina tradicional ha utilizado sus hojas durante siglos, y el sistema Ayurvédico de medicina las relaciona con el tratamiento y prevención de alrededor de 300 males.

Sus diminutas hojas están llenas de una increíble cantidad de nutrientes, proteínas, calcio, beta caroteno, vitamina C y potasio, entre muchos otros.

Diferentes publicaciones dan un ejemplo de sus propiedades. Cien gramos de hoja seca de moringa contienen:

9 veces la proteína del yogurt - 10 veces la vitamina A de las zanahorias - 15 veces el potasio de los plátanos - 17 veces el calcio de la leche - 12 veces la vitamina C de las naranjas - 25 veces el hierro de la espinaca. Sin dudas un superalimento con todo el sentido de la palabra.

Las hojas de moringa son ricas en antioxidantes, entre los cuales encontramos el ácido clorogénico, el cual ha demostrado disminuir los niveles y la absorción de azúcar en las células. Un estudio encontró que las mujeres que tomaron una cucharadita de polvo de hoja de moringa diariamente durante tres meses, redujeron su nivel de azúcar en la sangre en ayunas en un 13.5%.

Algunas investigaciones aparte revelaron que añadir 50 gramos de hojas de moringa a una comida redujo el aumento de azúcar en la sangre en un 21% entre los pacientes con diabetes.

Posee además una fuerte acción antiinflamatoria ideal para tratar úlceras estomacales. El aceite de Moringa ha mostrado proteger al hígado de la inflamación crónica.

La Moringa es utilizada en la medicina tradicional tailandesa como un cardiotónico.  Estudios recientes demostraron su efecto hipocolesterolémico. Hay numerosos estudios de individuos con exceso de colesterol, en los cuales un tratamiento de 8 semanas redujo significativamente los niveles de colesterol y disminuyó la formación de placa ateroesclerótica en 50 a 86%, respectivamente. Los resultados indican que esta planta posee actividades antioxidantes, hipolipidémicas y antiateroescleróticas, y tiene potencial terapéutico para la prevención de las enfermedades cardiovasculares".

Desde un punto de vista digestivo, la moringa es alta en fibra que, es decir que limpia los intestinos de una alimentación grasosa. También sus isotiocianatos son dignos de atención, ya que tienen propiedades antibacteriales que pueden ayudar a eliminar del cuerpo la bacteria H. pylori, implicada en la gastritis, úlceras y cáncer gástrico.

Las semillas de moringa han demostrado que purifican mejor el agua que muchos de los materiales sintéticos convencionales que se usan actualmente.

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